El trigo es uno de los cereales más importantes del mundo, cultivado para producir harina, alimentos y forraje. Las semillas de trigo son el punto de partida para obtener cultivos de alto rendimiento.
Adaptabilidad: Crece en climas templados y diversos tipos de suelo, aunque prefiere suelos bien drenados y ricos en nutrientes.
Producción: Tiene un alto rendimiento en granos, especialmente cuando se cultivan variedades mejoradas.
Valor Nutricional: Es una fuente importante de carbohidratos, proteínas (gluten), vitaminas y minerales esenciales.
Usos:
Alimentación humana: Harinas para panificación, pastas, galletas y otros productos.
Alimentación animal: Paja y ensilaje para forraje.
Bioenergía: Producción de etanol y otros derivados.
Siembra:
Se realiza según el tipo de trigo:
Trigo de invierno: Siembra en otoño, cosecha en verano.
Trigo de primavera: Siembra en primavera, cosecha en otoño.
Densidad de siembra: 120-150 kg/ha.
Suelo:
Prefiere suelos bien drenados con pH entre 6 y 7.
Evitar encharcamientos.
Cuidado:
Fertilización: Requiere nitrógeno, fósforo y potasio.
Riego: Fundamental en etapas críticas como ahijamiento, espigado y llenado del grano.
Alta productividad y demanda constante en el mercado.
Amplia variedad de usos industriales y alimenticios.
Compatible con rotación de cultivos para mejorar el suelo.
Sensible a enfermedades como el oídio y la roya.
Requiere buen manejo en climas extremos para evitar pérdida de rendimiento.