El frijol (Phaseolus vulgaris) es una leguminosa de gran importancia en la alimentación humana, particularmente en América Latina, Asia y África. Es valorado por su alto contenido de proteínas, carbohidratos y fibra, además de ser un cultivo que mejora la fertilidad del suelo al fijar nitrógeno.
Especies principales:
Phaseolus vulgaris (frijol común): Incluye variedades como el negro, pinto, rojo y blanco.
Phaseolus coccineus (frijol ayocote): Usado en regiones más frías.
Phaseolus lunatus (frijol lima): Tolerante a climas cálidos y secos.
Adaptabilidad:
Prefiere climas templados a cálidos, con temperaturas entre 18°C y 30°C.
Crece en suelos con buen drenaje, preferentemente de textura franca o franco-arenosa.
Producción:
Variedades en dos tipos:
Frijol de guía: Requiere tutores o estructuras de soporte, pero es más productivo.
Frijol arbustivo: Más compacto, ideal para sistemas de cultivo intensivo.
Valor Nutricional:
Rico en proteínas (20-25%), carbohidratos complejos, fibra, hierro, magnesio y vitaminas del grupo B.
Usos:
Consumo humano directo (grano cocido, sopas, guisos).
Harinas y otros productos procesados.
Forraje en algunas variedades específicas.
Siembra:
Época: Depende del régimen de lluvias. Generalmente al inicio de la temporada de lluvias en climas tropicales o primavera en climas templados.
Densidad:
Frijol arbustivo: 100,000 a 120,000 plantas/ha.
Frijol de guía: 50,000 a 70,000 plantas/ha.
Profundidad de siembra: 3-5 cm, dependiendo del tipo de suelo.
Suelo:
pH ideal: 5.5 a 7.
Requiere suelos bien drenados; es sensible al encharcamiento.
Cuidado:
Fertilización: Aunque fija nitrógeno, se recomienda agregar fósforo y potasio según el análisis del suelo.
Riego: Necesita humedad constante, especialmente en la germinación, floración y formación de vainas.
Control de plagas y enfermedades: Vigilar la presencia de plagas como el gusano cogollero y enfermedades como antracnosis o roya.
Alto valor nutricional como fuente de proteínas y minerales.
Mejora la fertilidad del suelo al fijar nitrógeno atmosférico.
Gran diversidad de variedades adaptadas a diferentes climas y suelos.
Demanda constante en mercados locales e internacionales.
Sensible a plagas y enfermedades si no se maneja adecuadamente.
Dependencia de buena distribución de lluvias o riego.
Algunos tipos de frijol tienen tiempos de cocción prolongados y requieren remojo previo.